El presidente de la agrupación de Hijos y Amigos de Almirante Latorre en la antesala de la celebración de los 99 años de la Fiesta Religiosa de la localidad y el desafío para el centenario el 2025 insta a consolidar la unidad de los pobladores y mantener las tradiciones y el patrimonio de esta actividad.
El cariño de Pedro Piñones Urbina por Almirante Latorre ha sido permanente. A pesar que durante periodos por razones laborales estuvo alejado de la localidad, nunca dejó de sentir esa atracción por el pueblo que marcó su niñez y su vida. En los últimos años junto a su familia ha liderado la festividad religiosa en honor a Santa Teresita de Jesús y que el próximo año vivirá un momento emblemático al cumplir 100 años. En entrevista con periódicoeldain.cl destacó cómo se preparan para la edición 99 que se vivirá entre el 12 y 13 de octubre de 2024 y la manera que se está delineando la festividad para el centenario.
“Hacemos una invitación a toda la gente para que asista y también que nos colabore. Se trata de una bonita tradición y el ideal es que no se pierda, sobre todo la parte religiosa y el sello rural”.
-¿Hay muchas expectativas para el centenario de la fiesta religiosa?
“Este año queremos hacer algo más austero y para los 100 años preparar algo muy bonito y que quede en la historia de nuestro pueblo. Por ejemplo, hay gente joven que viene desde Arica, Santiago, Valparaíso, Antofagasta y son parte de generaciones donde a lo mejor ya no están sus familias, abuelos o sus padres, pero tienen esa conexión Almirante Latorre”.
VIVENCIAS QUE PERDURAN
-¿Cómo explica esa conexión y magnetismo que provoca la localidad?
“Tiene una historia, está la parte del ferrocarril, la comunidad. Hay muy lindos recuerdos de la gente antigua, Armando Zarricueta, Nicolás Zarricueta, José Carmona, don Mario Bernal, Ignacio Villalobos, Félix Godoy, entre otros. Tantos recuerdos que se me vienen a la memoria donde uno veía la unión de toda la gente, tanto la del ganado caprino como la del ferrocarril y esas son cosas que no se olvidan. Cuando se hacían los campeonatos de fútbol, la gente del pueblo con ferrocarril, los solteros y los casados, empleados públicos. Son recuerdos muy lindos que no los voy a olvidar. A la gente le da nostalgia volver a sus raíces y también le echa de menos al ferrocarril cuando llegaba con 17 carros el día domingo a esta fiesta”.
-¿Han logrado documentar la fecha de fundación del pueblo y cómo era antes de que se levantará la iglesia en 1925?
“Primero, el pueblo se llamaba Las Pintadas y después se cambió al nombre de Almirante Latorre, pero hay casas que deben tener más de 160 años y aún hay indicios donde vivieron nuestros antepasados y cosas que utilizaban. Pero, la verdad es que no tenemos la fecha de cuando partió”.
-¿Pero, la fiesta religiosa es la conexión hasta ahora?
“Claro, es la conexión, porque, en su momento para llegar al pueblo sólo se llegaba en Ferrocarril por la red norte y la movilización en vehículo era por Condoriaco y en 1962 se logró hacer el camino por la cuesta de La Higuera. Al comienzo era una ruta muy estrecha y se ha ido mejorando por el tiempo para darle más seguridad y se consiguió un ahorro de tiempo (…) Toda nuestra historia está condensada en un mural que parte con la época de los indios, la construcción de ferrocarriles y sale la Comunidad Agrícola Olla de Caldera con sus crianceros. Representa toda nuestro pasado”.
-¿En lo personal se ha colocado más nostálgico con los años?
“Claro, pero seguimos haciendo algo por el pueblo y siempre hemos pedido que nos unamos porque hay que perdurar en el tiempo. Todo lo que se está haciendo en el campo, como la fiesta que se realiza en ‘El 22’ que es algo muy lindo, el acto para las Fiestas Patrias que organizan en Agua Grande también es muy lindo y se deben conservar todas estas fiestas. Además, la que se realiza en Condoriaco, El Durazno y Almirante Latorre. Siempre he sido de la idea que la comunidad seamos uno sola”.