Plan piloto se  impulsa en el sector de Gualliguaica utilizando el recurso hídrico de la planta de tratamiento del lugar  permitiendo la plantación de diversas especies vegetales  que logra la  restauración ecológica de la localidad.

 

 

Un informe  del  Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) de 2016 fue simplemente lapidario. Estableció que en la Región de Coquimbo donde más del 84% del suelo se encuentra desertificado se perderían 47 mil millones de pesos al año por no hacer nada contra la desertificación. De ahí que los expertos hacen un llamado a no bajar la guardia  e insisten que en el territorio la mega sequía sigue latente y está lejos de acabar, a pesar de las alentadoras lluvias de las últimas semanas.  En  este sentido diferentes instituciones del ámbito hídrico y tecnológico continúan trabajando para paliar este fenómeno.

En este sentido el Consorcio Centro Tecnológico del Agua Quitai Anko (CTQA), liderado por la Universidad de La Serena (USerena) que, en colaboración con el Centro del Agua para Zonas Áridas y Semiáridas de América Latina y el Caribe (CAZALAC, centro auspiciado por la UNESCO), como parte de su línea de trabajo “Infraestructura verde”, vienen desarrollado una metodología para la recuperación de terrenos degradados.

La iniciativa busca, mediante el uso de aguas residuales, devolver una belleza escénica a la localidad de Gualliguaica, donde los profesionales de CAZALAC y el CTQA plantaron especies leguminosas, tales como algarrobos, taras, chañares, alcaparras y espinos, las cuales permiten mejorar las propiedades físicas, químicas, biológicas e hidráulicas del suelo. “Las especies que nosotros tenemos acá son todas leguminosas, porque tienen la ventaja de asociarse con bacterias que captan nitrógeno desde la atmósfera, lo transforman en amonio y, por lo tanto, proveen de fertilizante y nutriente natural a las plantas, por lo que solo se requiere el riego”, destacó Gabriel Mancilla, director de CAZALAC y de la línea de “Infraestructura Verde” del CTQA.  En la misma línea, Mauricio Cortés, académico de la USerena, explica que se busca  generar estructura de suelo, “de tal manera que cuando vengan las precipitaciones podamos almacenar agua subterránea y recargar acuíferos, entre otros”.

CARÁCTERÍSTICAS DEL PLAN

Actualmente, en la planta de tratamiento de Gualliguaica se generan aproximadamente 60 metros cúbicos al día y para este estudio se está trabajando con 0.3 hectáreas, donde solo se utiliza entre el 8 y 9% del agua que sale de dicha planta. Mancilla proyecta que  si se utilizara solo el agua residual tratada que sale de la planta de tratamiento de Gualliguaica, “se podría regar y recuperar cerca de 100 hectáreas de suelo, ya que las plantas están adaptadas a la escasez de agua y pueden ser regadas al mínimo. A nivel regional, con todas las APR que existen y plantas de tratamiento, podríamos hablar de 30 a 40 mil hectáreas”, precisa el ejecutivo.

Además de las especies leguminosas, dentro del área piloto de Gualliguaica se experimentó con especies frutales, como higueras, olivos y granados, además de flores nativas, dando resultados positivos en el proceso, pero encontrándose un desafío en cuanto a la calidad del agua. “Sigue siendo una parte interesante de evaluar, todo lo que tiene que ver con los aspectos microbiológicos y otros contaminantes que pueden estar presentes en las aguas, para ir viendo si es que en realidad se puede utilizar en cultivos, tanto a ras como no a ras de suelo o en utilización de flores nativas, como fue el caso”, enfatizó, Christopher Vivanco, ingeniero agrónomo y Mg. en Gestión de Recursos Hídricos de CAZALAC.

Cristian Baquedano, ejecutivo eje de recursos hídricos de la Corporación Regional de Desarrollo Productivo (CRDP) reconoció que el gran valor que le advierte al estadio a diferencia de otros proyectos, “es que arroja datos científicos, ya que han logrado sistematizar la humedad de los suelos, el impacto por el aumento de nitrógeno de los suelos y, por el lado productivo, han logrado comprobar que los frutos que se producen, como el caso de las higueras y las granadas, no tienen niveles de coliformes fuera de norma. Este estudio da un pie científico para poder multiplicar este proyecto, esa es la gran ganancia”.

Rodrigo Torres, locatario de Gualliguaica, afirma que se trata de una muy buena iniciativa, ya que puede ayudar a recuperar especies nativas y la flora y fauna del lugar: “creo que el futuro está en recuperar toda el agua residual, para poder regar, ya que esta región está sufriendo por la desertificación y sería muy bueno que hiciéramos parques naturales, aprovechando toda el agua”.